La denominada ‘nueva normalidad’ tiene cambios sustanciales con la que ya podemos denominar ‘vieja normalidad’, que es la que vivíamos hasta principios de este loco año 2020. Lo que está claro es que, al menos por el momento, estas nuevas circunstancias han llegado para quedarse. No va a haber demasiados cambios por el momento, así que habrá que ir adaptándose. Según una acertada lectura realizada por Pepe Albors en el blog de la Federación Valenciana de Cooperativas de Trabajo Asociada, una de las cosas que nos ha traído es que nos ha anticipado el futuro unos cuantos años. “En tres meses nos hemos digitalizado a la fuerza”, señala.

Un ejemplo muy claro de esa digitalización ha sido el teletrabajo, que prácticamente se consideraba una quimera en muchos procesos productivos. Pero de un día para otro, en aquel fin de semana de mediados de marzo que será inolvidable para todos, millones de trabajadores en España comenzaron a trabajar desde casa. Y otro ejemplo muy claro es el de las reuniones. Las plataformas virtuales y las aplicaciones que facilitan las reuniones se han convertido en imprescindibles, en detrimento de unas reuniones presenciales que, además, conllevan más gasto de tiempo y económico, simplemente en los desplazamientos. También se han generalizado la formación online.

“Algo importante a destacar, los negocios que ya estaban digitalizados han experimentado un crecimiento importante y aquellos que no lo estaban han tenido que adaptarse rápidamente o desaparecer”, explica Albors. Es un momento para que los emprendedores se reinventen, busquen segmentos de mercado de alta rentabilidad y con buenas perspectivas de futuro. Como siempre, tomar ciertas dosis de riesgo puede suponer toda una garantía para lograr el éxito. La digitalización no tendrá fin y es el momento de adaptar los negocios a esa circunstancia.