Pollo, garganta y Afuega’l Pitu
Uno de los quesos más famosos de la gastronomía asturiana es el Afuega’l Pitu. Elaborado en caserías de los valles centrales del principado, consiguió la Denominación de Origen Protegida (D.O.P) en el año 2003
En la receta más tradicional, la leche—de vaca Frisona o Asturiana—estaba cruda. Ahora, para garantizar la seguridad alimentaria, está pasteurizada. Se elabora durante todo el año, utilizando cuajo líquido o fermentos lácticos para su coagulación y moldes perforados para quitarles el suero antes de la salación.
El Afuega’l Pitu, igual que otros quesos de España, tiene más historia de la que puede contar: se le considera uno de los más antiguos de Asturias, habiendo sido utilizado como moneda de intercambio para pagar los impuestos durante todo el siglo XVIII y, en textos del siglo XIX, se le referencia como un producto extendido en la región.
Etimológicamente, sin embargo, su origen no está tan claro. Las leyendas urbanas cuentan que este queso se llama como se llama porque los campesinos les daban trocitos de éste a los pollos y, una vez curado, se ahogaban. De ahí Afuega’l Pitu, en español “ahogar el pollo”.
Una leyenda probada falsa; y es que pitu, en bable, también significa garganta. Dicen los historiadores que debido a la pobreza que se cernía sobre la Asturias de la época, las familias tenían prisa en vender sus animales y la mantequilla, por lo que el Afuega’l Pitu, seco y endurecido, se pegaba al paladar. Así, era un queso que “ahogaba la garganta”.
Lo mismo pasa con las historias de conspiraciones sobre el Afuega’l Pitu rojo, en teoría hecho a propósito, pero que probablemente no fuera más que el resultado de un accidente: el queso se trabajaba en el mismo espacio que la matanza, por lo que la cuajada se manchaba con pimentón y no se podía desperdiciar ni una sola pieza.
Aquellos con paladar más exquisito dicen que hay que probar por lo menos una vez en la vida el Afuega’l Pitu—normal o de Trapu—con un vaso de sidra. Un entrante que no deja a nadie indiferente